Ya estamos a 3 de enero. Tiempo de hacer promesas y tiempo de esperar casi 12 meses para ver que no cumplimos ninguna.
Es asombroso como cada año nos proponemos las mismas metas de los años pasados, ¿Por qué no nos hacemos a la idea de que no vamos a cumplirlas, por qué no mejor nos proponemos algo más factible.
La verdad es que nos gusta lo inalcanzable, queremos ser esos hombres y mujeres increíbles que logran metas difíciles de cumplir.
¿Bajar de peso? ¿Viajar? ¿Tener novio? ¿Auto nuevo? ¿Aprender a cocinar? ¿Hacer ejercicio?
Tengo tiempo que no me propongo nada de eso, ... empieza un año, y la verdad no quiero nada de esto. Este año es diferente, me propuse a ser feliz. Así de sencillo, y para lograrlo me propuse de hacer algo cada día donde ayude a alguien en algo, donde pueda sacar una sonrisa a alguien, entonces sabré que mi día tuvo un propósito y que ese día pude ser de bendición a alguien.
Quiero ser un instrumento para que las demás personas digan: "Hoy tuve un gran día" "Hoy alguien hizo esto por mí". Quiero ser ese extraño que te abre la puerta, que recoge algo que se te cayó, que te ofrece de su comida o que te invita un café.
Este año no se trata de mí, sino de ti.
Me propongo a cambiar al mundo, empezando por una persona... si llego a vivir 10 años más, habré hecho feliz aunque sea por un día a 3650 personas. El siquiera pensarlo me hace feliz.
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